En un enlace covalente polar, los electrones se comparten de manera desigual entre los dos átomos unidos. Esto significa que los electrones, que se mueven constantemente, pasan más tiempo con un átomo que con el otro. Sólo los electrones más externos, conocidos como electrones de valencia, están involucrados en enlaces covalentes polares.
La polaridad se produce porque uno de los átomos en un enlace covalente tiene una electronegatividad mayor que el otro, lo que hace que atraiga los electrones compartidos con mayor fuerza. La distribución desigual de los electrones crea un cambio de dipolo, lo que significa que el lado con el átomo más electronegativo tiene una carga ligeramente negativa y el final con el átomo menos electronegativo tiene una carga ligeramente positiva.
Los enlaces covalentes polares tienen propiedades únicas debido a su polaridad. Las ligeras cargas asociadas con el momento dipolar pueden causar fuerzas intermoleculares e interacciones, como la formación de enlaces de hidrógeno, donde los átomos de hidrógeno cargados de forma ligeramente positiva en moléculas polares como el agua pueden atraer y unirse débilmente a las porciones cargadas de forma negativa de otras moléculas polares. Este fenómeno le da al agua y al hielo sus propiedades físicas y le da al agua propiedades disociadoras del solvente. Las moléculas polares se disuelven más fácilmente en el agua que las moléculas no polares debido a las fuerzas intermoleculares dipolo presentes en las moléculas polares.