El tratamiento para la esclerosis aórtica generalmente incluye el reemplazo de la válvula aórtica; la esclerosis aórtica derivada de afecciones subyacentes, como insuficiencia renal o defectos cardíacos, se resuelve con anticoagulantes, cirugía para reparar defectos y diuréticos. La esclerosis aórtica generalmente aparece en pacientes geriátricos de 65 años o más. Sin embargo, a veces también se desarrolla en pacientes más jóvenes, presentando síntomas que van desde condiciones desagradables pero benignas hasta enfermedades graves que requieren tratamiento.
La esclerosis aórtica se refiere a una condición en la que se forman depósitos de calcio en la válvula aórtica en el corazón. Con el tiempo, los depósitos de calcio pueden crecer, en última instancia, estrechando y endureciendo la válvula aórtica. Con un importante endurecimiento y estrechamiento de las paredes arteriales, los cardiólogos mejoran esta condición a la estenosis de la válvula aórtica. A veces, según la Clínica Mayo, una arteria endurecida puede indicar la presencia de otras enfermedades, incluso en ausencia de síntomas.
En los pacientes más jóvenes que presentan esclerosis aórtica, los cardiólogos sospechan causas subyacentes, principalmente defectos cardíacos congénitos, enfermedad renal o presión arterial alta. Para aquellos con presión arterial alta, los cardiólogos pueden prescribir anticoagulantes o medicamentos que estabilizan los latidos del corazón. Los médicos también pueden prescribir diuréticos, que eliminan el exceso de líquidos corporales y facilitan el bombeo del corazón. La cirugía corrige algunas deformidades cardíacas y enfermedades de las válvulas cardíacas. Como precaución, algunos pacientes reciben medicamentos antes de someterse a un trabajo dental. Al presentarse con síntomas, los cardiólogos evalúan a los pacientes mediante varias pruebas cardíacas, incluidos los electrocardiogramas y electrocardiogramas y radiografías de tórax.