Las bacterias no móviles son bacterias que no muestran movimiento. Carecen de la capacidad de nadar hacia áreas óptimas para sobrevivir, y no se alejan de la toxicidad o de los nutrientes y las concentraciones óptimas de luz. Esta forma de movimiento intencional y espontánea en la que participa la mayoría de las bacterias no existe en esta forma de bacteria.
Puede parecer que algunas bacterias no móviles se mueven debido al movimiento aleatorio de las moléculas de agua circundantes. Este tipo de movimiento se llama movimiento browniano y no prueba la motilidad de las bacterias. Las bacterias no móviles no pueden moverse porque carecen de los apéndices necesarios para el movimiento.
Muchas bacterias móviles tienen apéndices similares a hilos que se extienden desde la pared celular y les permiten moverse. Estos apéndices se llaman flagelo. El flagelo actúa como la hélice de un barco y aleja al organismo de entornos desfavorables. En algunos organismos, las contracciones del citoplasma ayudan a producir una forma de movimiento llamada deslizamiento. Los organismos llamados espiroquetas tienen filamentos axiales que se enrollan alrededor del organismo y se adhieren a sus polos, lo que le proporciona la capacidad de moverse.
El rango de motilidad y la cantidad y distribución de flagelos en bacterias son características importantes que se utilizan para identificarlos y clasificarlos. Los flagelos pueden ser polares, surgidos de uno o ambos extremos de la célula, o peritrícos, dispuestos al azar sobre toda la superficie.