La diferencia entre frutas y verduras depende de si se utiliza la definición botánica o culinaria. En términos botánicos, una fruta es una estructura rellena de semillas que se desarrolla a partir de una planta con flores. Todas las demás partes de una planta, incluidas las raíces, hojas y tallos, se consideran vegetales. En términos culinarios, las frutas que son sabrosas se conocen como vegetales.
Como resultado de la discrepancia en las definiciones de frutas y verduras entre las tradiciones botánicas y culinarias, existe una superposición considerable entre las dos categorías.
Desde un punto de vista botánico, las manzanas, naranjas, calabazas, berenjenas, tomates, pimientos y semillas de girasol son técnicamente todas frutas. Sin embargo, desde un punto de vista culinario, las calabazas, las berenjenas, los tomates y los pimientos se consideran vegetales porque se usan en platos salados, mientras que las semillas de girasol se clasifican como semillas, una categoría culinaria completamente diferente.
Tanto desde el punto de vista botánico como desde el punto de vista culinario, las remolachas, los nabos, las papas (raíces), la lechuga, la espinaca y la col rizada (hojas) y el apio y el brócoli (tallos) se consideran vegetales.
La confusión entre frutas y verduras es evidente desde 1893 cuando el Tribunal Supremo de los Estados Unidos tuvo que decidir si gravar los tomates como frutas o verduras. La votación para clasificar los tomates como vegetales fue unánime.