Las algas, un tipo de protista, sustentan la vida en la tierra al producir gran parte del oxígeno presente en la atmósfera. Algunos protistas, como las diatomeas, los dinoflagelados y los foraminíferos, también desempeñan un papel esencial en los ecosistemas marinos al servir de fuente de alimento y refugio para muchos organismos.
Las algas producen oxígeno al realizar la fotosíntesis, que convierte la luz solar en energía. Los jardines microscópicos de algas apoyan directa e indirectamente todas las formas de vida superiores en los ecosistemas acuáticos. Las algas rojas son ricas en vitaminas y minerales, y muchas especies de algas rojas son comestibles. Por ejemplo, el carageenán, un polisacárido extraído de algas rojas, se usa como agente espesante en los helados y otros alimentos. Las algas, otro tipo de algas, son un alimento básico en muchas comunidades costeras, particularmente en el este de Asia.
Los protistas son un grupo diverso de organismos eucarióticos, lo que significa que su material genético está contenido dentro de un núcleo en la célula. No son plantas, hongos o animales, pero los científicos creen que su desarrollo allanó el camino para la evolución de plantas, hongos y animales. Por ejemplo, los ancestros de las algas verdes probablemente dieron origen a las plantas multicelulares más complejas de hoy. Hay cuatro categorías principales de protistas: algas unicelulares, protozoos, moldes de agua y moldes de limo.