La religión jugó un papel importante en la vida maya, porque su sistema social, agricultura, calendario, actividades recreativas y rituales ceremoniales estaban vinculados a su religión. Los mayas adoraban a un panteón de dioses, y sus gobernantes supuestamente estaban relacionados con ellos y actuaban como intermediarios entre los dioses y los humanos.
Los mayas desarrollaron un complejo sistema de calendarios que dependían de los movimientos del sol, la luna, las estrellas y los planetas. Los calendarios determinaron el momento de la siembra de cultivos, la guerra y la ejecución de rituales religiosos. El cultivo del maíz, la cosecha maya más importante, estaba ligado a la religión, y el dios del maíz era una de las figuras religiosas más importantes. Se hicieron oraciones y ofrendas antes de actividades como juegos de pelota en canchas al aire libre especiales.
La sangría, la tortura y los sacrificios humanos fueron aspectos integrales de la religión maya. Los gobernantes, debido a que se pensaba que eran la progenie de los dioses, realizaban la automutilación ritual, extrayendo sangre de sus lóbulos de las orejas, lenguas y genitales. Para mostrar su piedad, promover la fertilidad y asegurar el éxito en los juegos y la guerra, los mayas realizaron sacrificios humanos. Típicamente, la víctima fue presionada mientras se extraía su corazón. Las víctimas de sacrificio a menudo eran prisioneros de guerra, pero después de los juegos de pelota, a veces el ritual de cierre implicaba la ofrenda sacrificial del capitán u otro miembro del equipo perdedor.