El presidente Harry S. Truman supervisó la rendición de las tropas alemanas, ordenó el bombardeo de Japón y ratificó la carta que estableció las Naciones Unidas. Aunque el presidente Roosevelt puso muchas de las políticas que llevaron al final de la guerra en su lugar antes de su muerte, a Truman se le atribuye el fin de la Segunda Guerra Mundial.
En abril de 1945, el presidente Truman aceptó la rendición de las tropas alemanas y puso fin a la guerra en Europa. En julio, viajó a Potsdam para reunirse con Winston Churchill y Joseph Stalin para decidir el destino de Alemania. Si bien acordaron que el país debería estar ocupado y desmilitarizado, los tres líderes no pudieron ponerse de acuerdo sobre una política singular con respecto a las reparaciones, estableciendo la división de Alemania en zonas este y oeste.
En agosto de 1945, Truman dirigió su atención al Pacífico y ordenó que se lanzaran bombas atómicas sobre Japón, lo que puso fin a la guerra y previno las masivas bajas militares estadounidenses que hubieran sido el resultado de una invasión. Algunos historiadores argumentan que las bombas también sirvieron como un mensaje a Stalin, advirtiéndole de que no actuara agresivamente durante las negociaciones de posguerra.
Truman se unió a los líderes de otras 50 naciones y firmó la carta que estableció las Naciones Unidas, consolidándola como una organización global dedicada a mantener la paz y la seguridad, desarrollar relaciones amistosas entre las naciones, lograr la cooperación internacional y promover los derechos humanos y Libertad internacional.