Cuando no estaban comprometidos en expandir y consolidar su poder feudal, una actividad diurna popular entre los reyes medievales era la caza. La habilidad de un rey en la caza de animales como jabalíes y osos fue simbólicamente equiparada con su habilidad en el campo de batalla. Era un pasatiempo peligroso, que en ocasiones se cobraba vidas.
Los reyes medievales también se entregan a entretenimientos pasivos. Entre los miembros de la corte del rey que sirvieron para divertir a su soberano se encontraban los bufones. Eran artistas físicos y verbales con habilidades en acrobacia, poesía y comedia. Fueron descubiertos típicamente por nobles y reclutados para el placer del rey. Mientras tanto, los trovadores entretenían al rey con actuaciones musicales.