El recto sirve como lugar de almacenamiento temporal de las heces antes de que sean expulsadas por el ano. El recto es la parte final del intestino grueso y un componente en el tracto gastrointestinal inferior. En promedio, la longitud del recto en los humanos es de 10 a 12 centímetros.
A medida que el recto se llena de heces, las paredes del ano se expanden, lo que hace que los receptores de estiramiento envíen señales al cerebro, lo que crea una necesidad de defecar. El estreñimiento ocurre cuando la defecación se retrasa y se forman heces duras y secas. Usar un dedo enguantado puede ayudar a eliminar las heces y los ablandadores de heces también se pueden usar para aliviar el estreñimiento. Cuando el recto está lleno, separa las paredes de la cavidad anal. El recto comienza a acortarse durante este proceso, y las heces son expulsadas por contracciones musculares rítmicas, también conocidas como peristalsis. Luego, los músculos del esfínter levantan el ano sobre las heces, lo que hace que sea expulsado del cuerpo.
Una enfermedad del ano, llamada prolapso rectal, ocurre cuando las paredes del recto se han salido de su lugar. A veces, los síntomas son solo internos, pero los síntomas externos incluyen una protrusión del recto desde el ano. El prolapso rectal es más común en mujeres de edad avanzada, pero puede ocurrir en todos los individuos. Esta enfermedad rara vez es potencialmente mortal, y la mayoría de los casos de prolapso externo se pueden tratar con cirugía.