El argón es un gas comúnmente utilizado para llenar bombillas incandescentes. Aumenta la vida útil de la bombilla al evitar que los filamentos de tungsteno se deterioren demasiado rápido. Otros gases como el helio, el neón, el nitrógeno y el criptón también se utilizan en la iluminación.
Los gases utilizados en las bombillas se conocen como gases inertes. Un gas inerte no es reactivo y es extremadamente resistente al cambio químico. Los gases inertes pueden ser elementos o compuestos. Debido a su estabilidad inherente, los gases inertes como el argón y el nitrógeno no permiten que un filamento se incendie en una bombilla. Otros ejemplos de uso de un gas inerte incluyen empacar alimentos con nitrógeno para evitar el deterioro y almacenar documentos históricos bajo argón para resistir la degradación.