Después de una colonoscopia, los pacientes pueden reanudar una dieta normal. Después del procedimiento, los pacientes son observados en una sala de recuperación durante aproximadamente 30 minutos. Pueden experimentar calambres, pero el dolor generalmente se resuelve rápidamente.
Una colonoscopia es un procedimiento médico que se usa para detectar la presencia de cáncer de colon y otras anomalías en el colon. Un médico que realiza una colonoscopia usa una cámara conectada a un tubo largo y flexible para transmitir una imagen del colon para su examen. El tubo se dobla para permitir que el médico lo mueva y vea alrededor de las curvas del colon. Los pacientes reciben medicamentos que causan somnolencia antes del procedimiento, pero a veces experimentan calambres mientras se realiza. Si se observa algo anormal durante una colonoscopia, un médico puede extraer una pequeña cantidad de tejido para la prueba.
Es posible que un paciente deba dejar de tomar ciertos medicamentos temporalmente después de una colonoscopia si se extrajeron los pólipos o si se realizó una biopsia. Algunos pacientes experimentan sangrado y otras complicaciones después del procedimiento.
La American Cancer Society recomienda que los hombres y las mujeres comiencen la prueba de detección de cáncer de colon a los 50 años y se les recomiende hacerse la prueba cada 10 años. Los pacientes con mayor riesgo de cáncer colorrectal se pueden examinar con más frecuencia.