Los antibióticos tópicos, como el metronidazol, la eritromicina y la clindamicina, son eficaces contra la rosácea, según MedicineNet. Los antibióticos orales, como la tetraciclina, la minociclina y la doxiciclina, también son efectivos. El ácido azelaico y el gel de brimodinina alivian el enrojecimiento. Además, los médicos a veces recetan la poderosa isotretinoína para el tratamiento del acné para tratar la rosácea grave y resistente. El láser y los tratamientos con luz de pulso intenso pueden reducir el enrojecimiento y mejorar notablemente la complexión de la piel. A menudo, una combinación de terapias proporciona los mejores resultados.
Como la exposición al sol suele agravar el enrojecimiento de la rosácea, los pacientes deben evitar la luz solar excesiva y usar protector solar y un sombrero de ala ancha cuando estén al aire libre, aconseja MedicineNet. Los pacientes deben lavarse la piel de la cara dos veces al día con un limpiador suave sin alcohol y evitar frotarse la cara o lavar en exceso, lo que puede irritar la piel. Fumar, bebidas calientes, comidas picantes y alcohol pueden causar enrojecimiento facial y empeorar la rosácea.
Aunque los tratamientos son efectivos, no hay cura para la rosácea a partir de 2015, según la Clínica Mayo. Los síntomas incluyen un enrojecimiento persistente de la cara, protuberancias rojas parecidas al acné y sequedad o irritación en los ojos. En casos raros, la rosácea puede causar una nariz agrandada y bulbosa. Los factores de riesgo para la rosácea incluyen piel clara, rubor facial fácil y tener entre 30 y 50 años de edad, afirma MedicineNet. La rosácea no es contagiosa ni infecciosa.