Un ataque isquémico transitorio (TIA, por sus siglas en inglés) es una condición que ocurre cuando la sangre deja de fluir hacia una parte del cerebro. Se le conoce comúnmente como un mini accidente cerebrovascular, ya que imita los síntomas de un ataque cerebral .
La afección generalmente dura varios minutos y no se sabe que cause complicaciones permanentes, según la Clínica Mayo. Algunos síntomas incluyen mareos, visión doble o ceguera, debilidad y dificultad para hablar. El tratamiento consiste en usar medicamentos que evitan la coagulación de la sangre o someterse a una operación quirúrgica.
Aproximadamente una de cada tres personas que experimenta un AIT puede sufrir eventualmente un derrame cerebral. Afortunadamente, un AIT puede ser una buena oportunidad para ayudar a una persona a evitar sufrir un ataque cerebral futuro.