La cardiomiopatía no isquémica es una enfermedad del corazón que no está asociada con una enfermedad coronaria, explica Healthline. Se manifiesta en una disfunción mecánica o eléctrica del corazón.
La cardiomiopatía no isquémica tiene muchas causas posibles, como la genética o el resultado de otras enfermedades, según un informe publicado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica. Por ejemplo, la miocardiopatía no isquémica es secundaria a la enfermedad de Gaucher o toxicidad por metales pesados. En los casos en que la cardiomiopatía no isquémica es el problema principal, puede clasificarse genéticamente, adquirirse o mezclarse. Cuando ocurre genéticamente, se clasifica además como cardiomopatía hipertrófica, displasia arritmogénica del ventrículo derecho, enfermedad por almacenamiento de glucógeno, enfermedad del canal iónico o hemocromatosis. Se puede adquirir cardiomiopatía no isquémica, como cardiomiopatía por estrés, cardiomiopatía inducida por taquicardia o en lactantes o madres dependientes de insulina. Finalmente, la enfermedad puede ser causada por una combinación de factores ambientales y genéticos, categorizados como cardiomiopatía dilatada.
La cardiomiopatía no isquémica hipertrófica es una enfermedad genética que hace que las paredes del corazón se engrosen y restrinjan el flujo sanguíneo, afirma Healthline. Además, la displasia ventricular derecha arritmogénica y genética se produce cuando una cámara del corazón se vuelve grasosa y fibrosa, lo que hace que el corazón tenga latidos anormales. La displasia arritmogénica del ventrículo derecho dilatada es causada por factores ambientales y genéticos, que ocurren cuando el corazón se debilita y adelgaza. Como resultado, las cámaras se dilatan, haciendo que el corazón crezca.