La termorregulación es el proceso que permite al cuerpo humano mantener su temperatura central independientemente de la temperatura externa. El hipotálamo es la parte del cerebro que garantiza que la temperatura interna del cuerpo se mantenga entre 97.7 y 99.5 grados Fahrenheit.
El cuerpo humano regula la temperatura al equilibrar la cantidad de calor perdido y ganado. La termorregulación es importante porque las células del cuerpo necesitan una temperatura específica para funcionar correctamente. El cuerpo humano utiliza receptores de temperatura ubicados en todo el cuerpo para realizar ajustes fisiológicos y mantener una temperatura central constante. La piel controla la temperatura del cuerpo y protege los órganos internos de las condiciones externas. Por ejemplo, cuando una persona está en un ambiente caluroso, los vasos sanguíneos se ensanchan para liberar el sudor a través de los poros y enfriar el cuerpo. Cuando el entorno está frío, los vasos sanguíneos se contraen para reducir el flujo de sangre a la superficie con el fin de atrapar el aire cerca de la superficie de la piel y calentar el cuerpo. Según Healthline, si la temperatura corporal desciende solo 3 grados a 95 F (35 C), una persona puede experimentar hipotermia, que puede causar un paro cardíaco, un derrame cerebral o incluso la muerte. A 107.6 F (42 C), una persona podría sufrir daño cerebral debido a temperaturas demasiado altas.