La homeostasis es el proceso mediante el cual un organismo mantiene ciertas condiciones internas, como los mecanismos internos del cuerpo humano que mantienen la temperatura corporal en un nivel específico para evitar un calentamiento excesivo o insuficiente; este proceso es importante porque hace posible que las células y los órganos funcionen correctamente. Por ejemplo, ciertas partes del cuerpo humano dejan de funcionar si se vuelven demasiado calientes o demasiado frías; esta es la razón por la cual es posible que las personas se congelen hasta morir o mueran por sobrecalentamiento.
La regulación de la temperatura es una función corporal importante para los animales de sangre caliente, porque les permite vivir en cualquier clima y sobrevivir en lugares donde el clima fluctúa estacionalmente. La homeostasis es importante no solo para regular la temperatura sino también para realizar tareas, como la digestión y la eliminación de desechos. Cuando los riñones de un animal filtran su ingesta de líquidos y provocan la eliminación de desechos en forma de orina, el cuerpo de ese animal está realizando una función natural e involuntaria que ayuda a regular la cantidad de materiales potencialmente tóxicos o nocivos en el cuerpo. La homeostasis es importante hasta el nivel celular; sin la homeostasis adecuada, las células no pueden realizar tareas esenciales como la ósmosis, que es un proceso de agua que pasa a través de la membrana de una célula.