Las teorías de Johannes Kepler sobre el universo fueron notables por la hipótesis de que el universo se creó el 27 de abril de 4977 a. C. y que los planetas orbitan en un patrón elíptico en lugar de un patrón circular. Su teoría reemplazó las teorías anteriores que postulaban que los planetas se mueven en órbitas circulares a velocidades constantes.
Kepler basó sus teorías en las ideas de Copérnico, quien había propuesto previamente que el sol, en lugar de la Tierra, era el centro del sistema solar. Trabajando desde esta perspectiva, Kepler comenzó a observar cuidadosamente el movimiento de los planetas, especialmente Marte. Después de obtener un telescopio de Galileo Galilei y mejorar su diseño, se dio cuenta de que la órbita de Marte no encajaba en un patrón circular. A partir de esta observación, comenzó a formular su teoría de que los planetas se movían en elipses en lugar de círculos.
Esta teoría lo llevó a sus últimas teorías sobre el movimiento planetario, que establecían que la velocidad del movimiento de un planeta está determinada por su distancia al sol. Aunque su teoría sobre el origen del universo ha sido desacreditada por la astronomía moderna, sus leyes del movimiento planetario han demostrado ser ampliamente influyentes en el desarrollo de teorías científicas posteriores, incluida la ley de la gravedad de Isaac Newton.