La degradación de la tierra es la socavación de la calidad del suelo como resultado del comportamiento humano o las condiciones climáticas severas. Una forma de degradación de la tierra que se produce cuando la tierra cultivable se convierte en un desierto se conoce como desertificación. p>
La sequía, las inundaciones y las actividades humanas, como la deforestación, la agricultura y la urbanización, pueden ejercer múltiples presiones sobre las tierras fértiles, lo que hace que el suelo se degrade o contamine, según la Organización Mundial de la Salud. Este proceso de reducción de la calidad del suelo se denomina degradación de la tierra y puede generar estrés en el medio ambiente, lo que afecta la producción de alimentos y la calidad del aire y el agua.
Una forma extrema de degradación de la tierra es la desertificación, en la cual la tierra se vuelve demasiado seca para soportar la vegetación o la vida silvestre a medida que disminuyen las fuentes de agua. Sin un suministro adecuado de agua, hay poca higiene y más contaminantes en el aire, como el polvo de la erosión del suelo, que puede provocar enfermedades infecciosas.
Las personas y los animales que viven en tierras áridas y degradadas deben trasladarse a entornos más propicios para sustentar la vida, lo que aumenta la presión de los recursos sobre el agua y los suministros de alimentos para otros lugares a medida que aumenta su población. La migración masiva de tierras degradadas también puede ser un factor importante en la propagación de enfermedades.