El clásico de Rudyard Kipling de 1894, "El libro de la selva", cuenta una historia corta sobre la mangosta de una familia que los salva de dos cobras mortales. La historia del heroico "Rikki-Tikki-Tavi" se ha popularizado en películas e historias posteriores, lo que contribuye a la percepción pública de las mangostas y cobras como enemigos naturales.
Las mangostas cazan y comen serpientes venenosas. El pequeño tamaño de estos animales y los temores humanos de las cobras contribuyen a la historia de la mangosta contra la cobra. Las mangostas usan su agilidad e inmunidad al veneno de serpiente para matar a sus presas. En realidad, las mangostas no suelen matar cobras porque no les gusta el sabor de su carne.