Según Discovery of Sound in the Sea, los animales usan el sonido para comunicarse bajo el agua. Ellos emiten diferentes tipos de sonidos y recopilan información sobre su entorno mediante los ecos de esos sonidos, un proceso llamado ecolocación.
Los animales usan sonidos para comunicarse bajo el agua por una variedad de razones que generalmente involucran apareamiento, territorio y estructura de grupo. El sonido ayuda a los rezagados a ubicar a su grupo. Algunas especies de mamíferos marinos utilizan la ecolocación para encontrar presas. Incluso los peces utilizan sonidos, como gruñidos y clics, durante la reproducción o para la autodefensa. Por ejemplo, el pez sapo de la ostra vive en un entorno turbio y hace sonidos para atraer a los compañeros debido a la baja visibilidad.
Los delfines se comunican bajo el agua a través de una serie de chirridos, clics, chirridos, silbidos y ladridos. En la ecolocalización hacen clics agudos, lo que les ayuda no solo a encontrar presas, sino también a otras. Ellos silban para mantenerse en contacto con otros delfines, señalan peligro, se identifican o piden ayuda. Por otro lado, las ballenas asesinas lloran para mantenerse en contacto unas con otras. Las ballenas azules emiten largas llamadas que duran casi medio minuto. Las ballenas de aleta tienen un altavoz mientras que el resto responde. Los científicos descubrieron que los delfines y las ballenas cautivos producen más sonido bajo el agua que sus contrapartes libres.