Los huracanes causan graves daños a las estructuras hechas por el hombre y al ambiente natural, y pueden arrancar árboles, destruir muros, levantar vehículos, erosionar playas y causar inundaciones en el interior. Los huracanes muy fuertes pueden devastar casas, reducir el suministro de agua y provocar cortes de energía que duran semanas.
Un huracán de categoría 1, que es el tipo más débil, puede causar daños en el techo y el revestimiento. La fuerza de este huracán puede romper grandes ramas de árboles viejos y causar cortes de energía durante varios días. Un huracán de categoría 2 puede derribar árboles y ocasionar la pérdida de suministro eléctrico durante varias semanas.
Un huracán de categoría 3 generalmente causa daños en el techo, los revestimientos y las canaletas. Las comunidades también pueden perder su suministro de agua y electricidad por algunas semanas. Las personas deben tratar el agua si no hay agua potable limpia disponible.
Los propietarios de viviendas deben preparar un kit de preparación para emergencias en el hogar y alimentar un generador portátil si un huracán está a punto de ocurrir. Si un árbol cercano cae sobre la línea de la propiedad de una casa, el propietario debe ponerse en contacto con su proveedor de seguros para restaurar la propiedad. Las personas deben llenar las bañeras antes de que ocurra un huracán de categoría 3 para ahorrar agua para bañarse y enjuagar los inodoros. Si se acerca un huracán de categoría 4 o 5, las personas deben evacuar sus casas, ya que la tormenta puede causar un daño estructural significativo a las propiedades.