El feudalismo surgió de la necesidad de protección en respuesta a las bandas merodeadoras de vikingos, guerreros germánicos y sarracenos que vagaban por Europa desde el siglo V al XI. El colapso del Imperio Romano en el siglo V, y el fracaso de los gobernantes para conservar la autoridad central, permitió a los nobles tomar mayor control de las regiones locales.
Las personas perdieron las protecciones que se les proporcionaron bajo un cuerpo central, y muchas se vieron obligadas a hacer tratos con los gobernantes locales en nombre de la seguridad. Los nobles establecieron una mayor autonomía en las áreas de asuntos económicos, políticos, judiciales y sociales. El feudalismo en el sentido occidental incluía señores, vasallos y feudos. Un señor concedió la tierra, también conocida como un feudo, a un vasallo a cambio de proteger a ese noble. Este servicio podría haber estado en una capacidad militar o no militar.
El feudalismo en Europa fue el sistema político dominante de 900 a 1300, pero el feudalismo se arraigó en las culturas romana y germánica. Los romanos también concedieron tierras a una persona a cambio de protección, y una persona podría quedar exenta del poder de un rey en ciertos sistemas feudales. Las tribus germánicas tenían un concepto similar, pero una persona tenía que entregar la tierra a un guerrero para recibir protección. Otros lugares, como Japón, Rusia, India y China, sufrieron un feudalismo similar al sistema europeo.