En la mayoría de los casos, las mujeres experimentan una reducción de los fibromas después de la menopausia, pero si están tomando una terapia de reemplazo hormonal, es probable que las mujeres no experimenten una disminución de los síntomas del crecimiento de los fibroides, señala Cedars-Sinai. > Los fibromas uterinos tienden a crecer a medida que se elevan los niveles de estrógeno.
Algunas mujeres no experimentan ningún signo de crecimiento de fibroides; sin embargo, otras mujeres pasan por alto los síntomas porque están acostumbradas a la presión, el dolor y el sangrado que pueden provocar los fibromas. Algunos otros signos incluyen un abdomen más grande, anemia como resultado de sangrado menstrual abundante, dolor en la parte posterior de las piernas, relaciones sexuales dolorosas, dolor en la pelvis y presión en la vejiga o el intestino, según lo declarado por Cedars-Sinai.
Una vez que llega la menopausia, los niveles de estrógeno tienden a disminuir significativamente. Si bien los fibromas no desaparecen por completo en este punto, normalmente se reducen y los síntomas generalmente disminuyen. La única excepción es el uso de la terapia de reemplazo hormonal.
Los fibromas varían en tamaño desde el de una nuez hasta el de un melón dulce o incluso más grande, señala Cedars-Sinai. Pueden aparecer como un tumor grande o un grupo de tumores más pequeños. Un gran fibroma puede darle al útero la apariencia y forma que podría tener a los seis o siete meses de embarazo, informa Cedars-Sinai.