Las hojas son importantes porque son la fuente principal de la fotosíntesis, que es la forma en que se alimentan las plantas. La fotosíntesis es el proceso de convertir la energía de la luz en azúcares, que las plantas necesitan para sobrevivir, por lo que las hojas son muy importante para la salud y la supervivencia general de una planta.
Si las plantas pueden verse como ciudades metafóricas, las hojas son la granja o las fábricas de alimentos de la planta. Las hojas verdes contienen clorofila, que no solo es la forma en que las hojas adquieren su color verde, sino también un ingrediente importante en el proceso de fotosíntesis. Además de la energía de la luz, las plantas necesitan agua y dióxido de carbono para producir azúcares.
Las hojas comienzan en brotes, se forman a lo largo de los lados del tallo y se hacen visibles cuando comienzan a desplegarse. La mayoría de las plantas de tallo blando forman hojas nuevas hasta que las plantas producen flores o comienza una temporada de clima frío. Muchas plantas leñosas arrojan hojas viejas y producen nuevas durante todo el año. Las plantas deciduas en las regiones templadas arrojan sus hojas cada otoño y producen otras nuevas cada primavera.
