Para la fotosíntesis, las plantas utilizan aproximadamente el 0,023 por ciento de la energía solar. Este es un porcentaje muy pequeño que las plantas necesitan para producir alimentos en comparación con el uso de energía solar del ciclo del agua, que es del 23 por ciento.
A través del proceso de fotosíntesis, la luz solar se utiliza para convertir el dióxido de carbono y el agua en carbohidratos (glucosa) y oxígeno. El proceso implica la conversión de la energía solar en energía química. La producción de glucosa ayuda al crecimiento de las células vegetales.
La fotosíntesis ocurre en los cloroplastos de las hojas de las plantas que absorben la luz solar. Sin embargo, hay muchas otras estructuras celulares vegetales, como el citoplasma y la clorofila, que también son necesarias para el proceso de fotosíntesis.