Ejemplos de desarrollo sostenible incluyen rotación de cultivos, prácticas de construcción sostenible, energía solar, energía eólica y accesorios de agua eficientes. El elemento común entre las prácticas de desarrollo sostenible es que no agotan los recursos en uso.
La rotación de cultivos, como alternar el trigo con los cultivos locales, evita que el suelo se sature demasiado con la sal o se vuelva infértil debido a la pérdida de minerales. Otra práctica agrícola sostenible es cultivar cultivos al lado o debajo de cultivos locales, como cultivar plantas de café en un bosque en lugar de campos compuestos exclusivamente por plantas de café. Las prácticas sostenibles comparables en las ciudades incluyen el uso de espacios verdes, que reducen las temperaturas causadas por un exceso de hormigón, vidrio y metal y que minimizan el exceso de escorrentía de agua durante las tormentas.
La energía eólica y solar proporcionan fuentes sostenibles de energía, ya que no se pueden agotar como el carbón fósil o el gas. Si bien el potencial de energía eólica está limitado por la ubicación, los paneles solares modernos hacen que la energía solar sea práctica en casi cualquier lugar.
Las prácticas de construcción sostenible incluyen la incorporación de energía sostenible, incluida la energía solar, eólica y geotérmica, y el uso importante de madera reciclada, plástico y metal. La madera cultivada con prácticas agrícolas sostenibles también satisface las necesidades de construcción sostenible.
Los accesorios de agua eficientes reducen el uso de agua, lo que reduce significativamente la energía utilizada para calentar y transportar agua.