Los líquidos tienen diferentes viscosidades, o comportamientos de flujo, dependiendo de la estructura molecular interna de la sustancia, las fuerzas externas que actúan sobre ella y las condiciones ambientales, como la temperatura y la presión. La estructura molecular interna se refiere al tamaño y forma de las moléculas y la fuerza de sus enlaces.
La viscosidad se define como la resistencia en el flujo de un líquido. Los líquidos con moléculas que son grandes, ovaladas o con forma de disco y tienen enlaces moleculares más estrechos tienen viscosidades más altas (es decir, son más gruesas y fluyen más lentamente) que aquellos con moléculas pequeñas y esféricas que no están estrechamente vinculadas. La temperatura alta disminuye la viscosidad de los líquidos, porque un aumento en la temperatura disminuye la fuerza de atracción entre las moléculas.