Un estudio realizado en 2014 por el Centro para la Investigación sobre el Comportamiento Animal de la Universidad de Exeter reveló que las urracas no se sienten atraídas por las cosas brillantes. Contrariamente a la creencia popular, este miembro de la familia Corvidae teme y evita los objetos desconocidos.
Aunque el folclore pintó a las urracas como cleptómanos que roban compulsivamente objetos brillantes, el estudio de la Universidad de Exeter mostró que las urracas recogían los objetos brillantes solo en dos pruebas. Cuando los investigadores colocaron objetos brillantes cerca de las pilas de alimentación de las aves, las aves se volvieron cautelosas y desconfiadas. La mala reputación de las urracas surge de evidencias anecdóticas, probablemente porque las personas tienen más probabilidades de notar que las aves interactúan con objetos inusuales y brillantes que los objetos aburridos y cotidianos.