El método más efectivo para mantener alejados a los lagartos es hacer que el área sea menos hospitalaria. Los repelentes químicos y eléctricos disponibles comercialmente a veces funcionan, pero son potencialmente dañinos para los niños y las mascotas.
El jardinero maestro Walter Reeves advierte contra el uso de remedios caseros como el queroseno o el azufre, ya que por lo general son ineficaces. En lugar de usar un repelente, sugiere quitar cosas que atraigan a los lagartos, como las fuentes de alimento y refugio. Las lagartijas comen insectos y prefieren áreas cálidas, brillantes y húmedas. El sellado de los cimientos de la casa contra los insectos elimina una posible fuente de alimento, y la eliminación de la basura y otros desechos alrededor de la casa quita sus escondites.