El descubrimiento de la penicilina fue importante porque le brindó a los médicos una forma efectiva de tratar enfermedades bacterianas. Antes del descubrimiento de la penicilina por parte de Alexander Fleming, las infecciones bacterianas a menudo causaban efectos que alteraban la vida y la muerte.
La penicilina tiene la capacidad de matar o detener el crecimiento de bacterias al evitar que se desarrollen nuevas paredes celulares. La droga fue introducida en la década de 1940 y provocó una revolución médica. Alexander Fleming descubrió accidentalmente la penicilina en la década de 1920 al examinar sus placas de Petri que contenían estafilococos. Un plato estaba lleno de bacterias, excepto por un punto que contenía moho. El moho fue posteriormente identificado como penicilina. Continuó realizando estudios con el moho y descubrió que sí mató a ciertas bacterias. Publicó sus hallazgos en 1929.
Los científicos comenzaron a probar el moho de la penicilina en ratas de laboratorio y finalmente en participantes humanos. Un hombre contrajo una infección severa por un rasguño en la cara. Le dieron una inyección de penicilina y mejoró. Sin embargo, la oferta se agotó, y murió. Otros pacientes fueron probados con el medicamento y se recuperaron completamente. Después de la Segunda Guerra Mundial, los científicos pudieron producir el medicamento más fácilmente y se puso a disposición de varias compañías farmacéuticas, y muchas vidas se salvaron como resultado del descubrimiento accidental de Alexander Fleming.