Según la NASA, los humanos exploran debido a un deseo innato de aprender el mundo que los rodea. La necesidad de explorar estaba arraigada en la psique para que los ancestros humanos pudieran encontrar lugares que fueran abundantes en alimentos, agua y otros recursos necesarios para la supervivencia. Este deseo primordial de explorar el mundo que los rodea puede ser lo que continúe llevando a la humanidad a aventurarse y explorar incluso hoy.
La NASA defiende esta línea de razonamiento al afirmar que la sociedad ha estado cosechando los beneficios de la exploración humana durante siglos. Las misiones expedicionarias que se enviaron para encontrar rutas más cortas hacia las Indias terminaron con el descubrimiento de la humanidad y luego la colonización del Nuevo Mundo. En esa misma línea, los esfuerzos exploratorios realizados para descubrir la naturaleza del cosmos han llevado a profundos descubrimientos sobre cómo funciona el universo.
Los beneficios que se obtienen con los esfuerzos exploratorios no siempre tienen que ser abstractos e intangibles. Los desarrollos que inicialmente podrían realizarse para la exploración del espacio a menudo terminan beneficiando a los seres humanos a diario. Por ejemplo, las tecnologías móviles celulares no habrían sido posibles de no ser por las comunicaciones satelitales que allanaron el camino para su concepción. Dada la inmensidad y la dificultad de los emprendimientos, los esfuerzos exploratorios también fomentan la cooperación entre los gobiernos y las personas.