Los seres humanos han cazado ballenas durante cientos de años por diferentes motivos. En algunos ambientes fríos, la grasa era necesaria para la supervivencia. Algunas personas cazaban ballenas por su carne, especialmente en áreas donde era difícil cultivar y se necesitaban más fuentes de carne. Con el tiempo, la gente comenzó a cazar ballenas por otras razones, como el petróleo, o debido a una profunda historia cultural de la caza de ballenas.
Las ballenas proporcionan una gran cantidad de carne y grasa cuando se cazan. Para muchas personas que vivían en regiones muy frías como Groenlandia, la caza de ballenas se convirtió en parte de la vida porque les permitía comer regularmente y mantenerse calientes. El aceite de ballena se puede usar en lámparas y también puede formar cera de vela. En algunos países, el aceite de ballena se convirtió en parte de la margarina y algunos productos y líquidos aceitosos. El aceite de ballena incluso se usa en ciertos productos cosméticos.
Con el tiempo, la necesidad de carne de ballena y grasa dio paso a otras razones para la caza de ballenas. Como explica HowStuffWorks, algunas personas cazan ballenas porque al hacerlo se ha incrustado en su historia y cultura nacional. Por ejemplo, la inclusión de la carne de ballena en la dieta japonesa después de la Segunda Guerra Mundial llevó a la caza de ballenas a estar profundamente arraigada en muchas facetas culturales de Japón.