El cianuro de sodio es perjudicial porque interfiere con la capacidad del cuerpo para usar oxígeno. Según el Centro para el Control de Enfermedades, el cianuro de sodio libera un asfixiante químico altamente tóxico conocido como gas de cianuro de hidrógeno. Este gas retrasa la capacidad del cuerpo para usar el oxígeno adecuadamente, lo que conduce a muertes.
El cianuro de sodio es fatal si se inhala, se traga o se absorbe a través de la piel, y si entra en contacto con la piel o los ojos, causa quemaduras. Debido a que el cianuro de sodio es extremadamente tóxico, incluso una pequeña dosis de 5 kilogramos se considera fatal.
El cianuro de sodio afecta a todo el cuerpo, especialmente a los órganos sensibles al bajo nivel de oxígeno, como el cerebro, el corazón, los vasos sanguíneos y los pulmones. Esto significa que las personas con enfermedades crónicas del tracto respiratorio, los riñones, la piel o la tiroides tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar efectos tóxicos de cianuro si están expuestas.
Además, el cianuro de sodio es altamente reactivo al agua y a los ácidos, incluso a ácidos débiles como los refrescos. Cuando reacciona con estos agentes, libera el gas fatal y extremadamente inflamable de cianuro de hidrógeno. También reacciona violentamente con magnesio, flúor, ácido nítrico, nitratos y nitritos. Según los CDC, incluso el dióxido de carbono del aire es lo suficientemente ácido para liberar gas de cianuro de hidrógeno cuando entra en contacto con el cianuro de sodio.