Los imanes se utilizan en el almacenamiento de datos informáticos, brújulas, timbres y sistemas de alarma, micrófonos y parlantes, motores, generadores eléctricos y transformadores eléctricos. También se utilizan para levitar objetos, incluidos los trenes que operan mediante propulsión magnética. El magnetismo natural protege a la Tierra de la radiación cósmica.
Los imanes también se utilizan en una variedad de aplicaciones médicas y veterinarias. La resonancia magnética utiliza campos magnéticos para ver los órganos internos, y los campos electromagnéticos promueven la curación de huesos rotos. Un tratamiento similar previene la pérdida ósea en astronautas fuera de la gravedad de la Tierra.
En medicina veterinaria, los imanes se usan para tratar enfermedades de hardware en vacas. La condición ocurre cuando las vacas tragan objetos metálicos, que pueden perforar sus órganos. Las vacas pueden ser alimentadas con imanes como preventivo; cualquier objeto metálico tragado será atraído hacia el imán en lugar de pinchar el estómago de la vaca. Los imanes también pueden usarse para asegurar que la alimentación de las vacas esté libre de objetos metálicos antes de la ingestión. A diferencia de las vacas, tragar imanes es una emergencia médica para los humanos; pueden perforar los intestinos.
Los estudios científicos no han demostrado otros usos médicos para los imanes, como la aplicación tópica de imanes para tratar el dolor. El agua potable magnetizada tampoco está probada; los estudios científicos no muestran pruebas de que tenga beneficios para la salud.