El aluminio conduce la electricidad. Los químicos clasifican el aluminio como un metal, que es un elemento brillante que sobresale en la conducción de calor y electricidad. También es un metal maleable y dúctil, lo que facilita su configuración en cables.
Dos propiedades del aluminio que lo convierten en un conducto útil para la electricidad son que no produce chispas y no se oxida. Debido a que no genera chispas cuando se golpea, el aluminio se puede usar de manera segura cerca de materiales inflamables o explosivos. Su resistencia a la corrosión hace que el aluminio sea un metal ideal para usar en exteriores. Las líneas eléctricas, los cables telefónicos y las bombillas contienen materiales eléctricos de aluminio.