Los adultos que sospechan que tienen dislexia pueden realizar una evaluación de problemas de aprendizaje con un educador capacitado en una clínica, institución educativa o agencia de discapacidades. Las pruebas de dislexia evalúan el procesamiento, la inteligencia y los logros, así como también Estilo de aprendizaje y limitaciones educativas encontradas en el pasado.
Un profesional capacitado realiza una entrevista informal, un inventario de intereses profesionales, el retiro de la escuela, el trabajo y las historias médicas y una breve prueba para determinar si un adulto tiene dislexia. El diagnóstico a menudo acompaña las recomendaciones de tratamiento, tutoría y estrategias relacionadas con el trabajo para tener éxito académico y profesional. Los componentes de una prueba de dislexia varían según la agencia administradora o el establecimiento.