Las proteínas se descomponen en aminoácidos. Muchos de estos aminoácidos son esenciales, lo que significa que el cuerpo humano no puede fabricarlos y necesita adquirirlos de los alimentos.
La digestión de proteínas comienza en el estómago, donde las moléculas de proteínas grandes se descomponen en polipéptidos más pequeños. Esto es causado por la acción del ácido clorhídrico del estómago y de las enzimas llamadas proteasas. Muchas proteasas se producen en el páncreas, incluidas la tripsina, la pancreatina y la quimotripsina. La descomposición de las proteínas durante la digestión se denomina proteólisis. Esto permite al cuerpo utilizar los aminoácidos que no puede fabricar.
Los aminoácidos esenciales que resultan de la proteólisis son leucina, histidina, lisina, valina, fenilalanina, treonina, triptófano, metionina e isoleucina. El cuerpo puede producir aminoácidos como el ácido glutámico y la alanina, aunque otros como la glutamina, la glicina y la cisteína podrían no producirse si la persona está bajo estrés. Estos aminoácidos son necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo. La glutamina, por ejemplo, se usa en el cerebro como un neurotransmisor, mientras que la glicina apoya la salud de los glóbulos rojos.
Los aminoácidos están hechos de amina, ácido carboxílico y una cadena lateral que diferencia un aminoácido de otro.