Los gatos a menudo atacan a sus dueños cuando tienen exceso de energía y necesitan estimulación, de acuerdo con Purina. Los propietarios atacantes pueden ser un comportamiento de búsqueda de atención, mientras que algunos gatos atacan por instinto de caza y simplemente están practicando su técnica, explica Purina. Los gatos también atacan por miedo o agresión, especialmente cuando ven a un perro u otro gato.
Purina señala que la ansiedad y el dolor pueden empujar a un gato a atacar. En estas situaciones, los propietarios deben buscar la guía de un veterinario que pueda diagnosticar y tratar la condición de salud subyacente. ASPCA menciona que ciertas afecciones médicas causan agresión en los gatos, como artritis, epilepsia, mal cuidado y rabia.
El juego brusco es otra causa de los ataques del gato contra el propietario. Este comportamiento es normalmente en gatitos y gatos menores de 2 años. A pesar de que el gato no tiene la intención de lastimar a su dueño, demasiada brusquedad conduce a rasguños y mordeduras involuntarias. Los gatos que pasan demasiado tiempo solos o en refugios para animales, así como los que fueron destetados temprano o huérfanos, son propensos a los juegos bruscos.
ASPCA menciona que la agresión redirigida ocurre cuando un gato no puede alcanzar un objetivo deseado, como un pájaro o un gato. El gato ataca a un propietario en lugar del objetivo original. La ira redirigida es un comportamiento común del gato. La condición es más un resultado de instinto y reflejo que malicia.