La solubilidad del dióxido de silicio, SiO2, en el agua depende de varios factores diferentes, que incluyen la presión, la temperatura y la estructura de su superficie. En general, el dióxido de silicio es prácticamente insoluble en el agua en temperatura ambiente.
La solubilidad del dióxido de silicio aumenta con presiones o temperaturas más altas, y el nivel de solubilidad aumenta dramáticamente por encima de los 100 grados Fahrenheit. Cuando el dióxido de silicio se disuelve en agua, la reacción forma ácido silícico.
Hay más de 13 modificaciones estructurales distintas del dióxido de silicio, cada una de las cuales tiene su propio nivel de solubilidad. Por ejemplo, el cuarzo macrocristalino es mucho menos soluble que la calcedonia o el vidrio de cuarzo amorfo.