Un ejemplo de solubilidad es el hecho de que el azúcar es muy soluble en agua. Sin embargo, en otro líquido, como el alcohol metílico, solo es algo soluble.
La solubilidad se define como la cantidad de un soluto que se disuelve en una cantidad particular de un solvente. La mayoría de los solutos varían con diferentes solventes. En el ejemplo utilizado anteriormente, el azúcar era el soluto y los disolventes eran alcohol metílico y agua.
Según HowStuffWorks, la solubilidad difiere mucho según el estado de la materia, la temperatura y la presión. Por ejemplo, la mayoría de los sólidos y líquidos aumentan en solubilidad a temperaturas más altas, pero en la misma situación, los gases disminuyen en solubilidad. Sin embargo, bajo presión, los gases se vuelven más solubles.
Un ejemplo de esto serían las bebidas carbonatadas. Las bebidas como los refrescos se embotellan bajo presión porque los gases son más solubles en este estado. Cuando alguien abre el contenedor, el dióxido de carbono comienza a perder su solubilidad y comienza a escapar.
Según estas propiedades, hay varios ejemplos de solubilidad. La sal, por ejemplo, es soluble en agua, pero no es soluble en aceite. Es posible agregar crema y azúcar al café porque ambos son solubles en la bebida. Otro ejemplo de solubilidad está en el aire: el oxígeno es soluble en nitrógeno.