Melanina
Además del color de los ojos de un bebé, la melanina es responsable de determinar el color del cabello y la piel. Cuando nace un bebé, su cuerpo comienza a producir melanina, que es secretada por células especiales llamadas melanocitos. Cuanto más melanina secretan los melanocitos, más oscuros serán los ojos de un bebé. Si los melanocitos solo secretan una pequeña cantidad de melanina, los ojos de un bebé seguirán siendo de un color claro como el azul o el avellana. Un bebé cuyos melanocitos secretan niveles más altos de melanina terminará con los ojos más oscuros, como el marrón. Independientemente de la cantidad de melanina secretada, los melanocitos son más activos durante los primeros nueve meses de vida del bebé, por lo que los ojos cambian de color con mayor rapidez durante ese tiempo. Debido a que el color de los ojos está codificado en los genes de un bebé, no puede ser cambiado por factores externos. Los padres, por ejemplo, no pueden hacer que los ojos de su bebé se vuelvan más claros o más oscuros controlando su exposición a la luz. Aunque la dieta puede ayudar a la salud ocular de un bebé, los alimentos que come no influyen en el color de los ojos tampoco.
Genética
Los genes son el determinante final del color de los ojos, y determinar el color de los ojos puede ser complicado. La probabilidad de que un niño termine con ojos de un color determinado está influenciada en gran medida por el color de los ojos de los padres, pero el color de los ojos también se puede determinar a través de genes recesivos. Si ambos padres tienen ojos marrones, por ejemplo, es muy probable que su hijo también tenga ojos marrones. Pero si existe un código genético en el linaje de cualquiera de los padres para ojos verdes o azules, esos genes pueden transmitirse al niño y él o ella pueden tener ojos más claros. Si la madre o el padre de un padre de ojos marrones tiene ojos azules, es probable que un bebé tenga ojos azules. Si uno de los padres tiene ojos marrones y el otro tiene ojos azules, hay una probabilidad de alrededor de 50-50 de que el bebé termine con alguno de esos colores de ojos.
Anormalidades
El cambio en el color de los ojos es normal en los bebés, pero los padres deben observar otros signos de anomalías y problemas oculares. Los padres deben llevar a sus hijos a un pediatra si notan que solo un ojo cambia de color, lo que puede indicar un problema genético. Un niño con un ojo pardo y un ojo azul, por ejemplo, puede tener el síndrome de Waardenburg, que es un trastorno genético poco frecuente. La nubosidad ocular también es anormal y merece una evaluación profesional.