Los programas de educación física en las escuelas son valiosos porque contribuyen a la salud cardiovascular de cada estudiante y ayudan a promover el desarrollo de músculos y huesos fuertes, según la Asociación de Educación de Virginia. El ejercicio regular también combate la obesidad en los niños, lo que puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, diabetes y otras enfermedades comunes.
La educación física no solo ayuda a mantener fuertes a los niños, sino que también puede aumentar su concentración y enfoque, mejorar su comportamiento en el aula y aumentar su rendimiento académico general, según la Asociación de Educación de Virginia. A través de la educación física, los estudiantes llegan a comprender el valor de ser físicamente activos, lo que aumenta su probabilidad de desarrollar hábitos saludables para llegar hasta la edad adulta.
La educación física también fomenta las interacciones sociales saludables entre los estudiantes. Permite que los niños pequeños y adolescentes participen en actividades que los alienten a apoyarse mutuamente y a trabajar eficazmente en equipos. A medida que los niños desarrollan estos rasgos de carácter positivos y aumentan su confianza, es más probable que quieran probar un deporte escolar en equipo o participar en actividades de la comunidad que requieran cierto grado de condición física, como fútbol o artes marciales. La actividad física regular también puede ser una salida para los estudiantes que necesitan liberar la tensión y la ansiedad para mantenerse emocionalmente estables, según la Asociación de Educación de Virginia.