¿Cómo se tratan los espolones óseos?

Según la gravedad de los síntomas, las opciones de tratamiento para los espolones óseos pueden incluir medicamentos, reposo, terapia de rehabilitación, inyecciones y cirugía de la columna vertebral, según lo indicado por Spine-health. La mayoría de los pacientes con síntomas leves a moderados encuentran alivio con opciones de tratamiento no quirúrgicas.

Los analgésicos, los antiinflamatorios y los relajantes musculares se pueden usar durante cuatro a seis semanas para aliviar la irritación y la compresión de los nervios, de acuerdo con Spine-health. Puede ser necesario un breve período de descanso para aliviar los brotes de inflamación en las articulaciones. La fisioterapia, el ajuste quiropráctico y el ejercicio pueden ayudar a aliviar el dolor en una o dos semanas. Este tipo de rehabilitación ayuda a devolver la fuerza y ​​la flexibilidad a la espalda, aliviar la compresión nerviosa y mejorar la postura del paciente.

Algunos pacientes pueden beneficiarse con una inyección de cortisona esteroide epidural que alivia la compresión nerviosa, alivia el dolor de la extremidad radiante y reduce la inflamación de las articulaciones, según lo declarado por Spine-health. Aunque los resultados son generalmente temporales, se pueden realizar inyecciones repetidas. Si el paciente sufre un dolor intenso o si hay evidencia de daño a los nervios, puede ser necesaria la cirugía. Uno de estos procedimientos es una laminectomía, que elimina el espolón óseo y los ligamentos engrosados ​​para aliviar la compresión. La cirugía tiene éxito para aliviar el dolor en la mayoría de los casos, pero las complicaciones médicas como la enfermedad cardíaca y la diabetes pueden influir en los riesgos quirúrgicos y prolongar el proceso de recuperación.