Los síntomas de disfunción del nervio femoral incluyen hormigueo, dolor, entumecimiento, ardor y disminución de la sensibilidad en la rodilla, el muslo o la pierna, informa MedlinePlus. Los síntomas adicionales son debilidad en la pierna y dificultad para subir o bajar escaleras, incluida la sensación de que la rodilla está tratando de ceder.
Para determinar si el nervio femoral está dañado, un médico examina los músculos y los nervios de la pierna, explica MedlinePlus. El médico busca cambios de sensación en la parte frontal del muslo o la pata delantera, reflejos anormales de la rodilla, debilidad al doblar la cadera o estirar la rodilla, y músculos del cuadriceps anormalmente pequeños. Las pruebas potenciales incluyen una resonancia magnética para detectar tumores o masas anormales, un electromiograma y pruebas de conducción nerviosa. Según los síntomas y el historial médico del paciente, las pruebas adicionales pueden incluir radiografías y análisis de sangre.
La disfunción del nervio femoral a veces es causada por la compresión debido a tumores o vasos sanguíneos anormales cercanos, una lesión directa o una presión prolongada que conduce a una disminución del flujo sanguíneo, señala MedlinePlus. Otras causas incluyen la inserción de un catéter en la arteria femoral, sangrado interno en el abdomen, pelvis rota y diabetes. Un factor de riesgo común es acostarse en posición supina con las piernas y los muslos flexionados durante los procedimientos de diagnóstico o la cirugía. El aumento o la pérdida de peso importante, los cinturones de cintura pesados o constreñidos y el daño nervioso generalizado por otras causas también son factores de riesgo que pueden provocar una disfunción del nervio femoral.