La hiperplasia endometrial es un engrosamiento anormal del revestimiento del útero, según el Congreso Americano de Obstetras y Ginecólogos. La condición generalmente se desarrolla durante la menopausia y la perimenopausia cuando la ovulación es irregular o está ausente. También puede ocurrir en mujeres afectadas por el síndrome de ovario poliquístico o la obesidad.
Los factores de riesgo para la hiperplasia endometrial incluyen menstruación temprana, fumar cigarrillos, menopausia tardía, ausencia de embarazo y raza caucásica, además de antecedentes de diabetes, enfermedad de la vesícula biliar o tiroides. Los síntomas de la afección incluyen sangrado menopáusico, un ciclo menstrual de menos de 21 días y sangrado premenopáusico que es más largo o más pesado de lo normal, informa el Congreso Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, o ACOG.
Las pruebas y procedimientos utilizados para diagnosticar la hiperplasia endometrial incluyen ecografía transvaginal, dilatación y legrado, biopsia endometrial e histeroscopia, de acuerdo con ACOG. La clasificación de la enfermedad es simple o compleja, y se aplica una clasificación adicional de casos atípicos cuando se presentan ciertos cambios celulares.
Debido a que la hiperplasia endometrial es causada por la presencia de estrógeno acompañada por una falta de progestina, el uso de medicamentos que actúan como estrógenos en el cuerpo, o el uso a largo plazo de la terapia de reemplazo de estrógeno después de la menopausia, aumenta el riesgo de desarrollar La condición, afirma ACOG. Los médicos recetan progestina además de la terapia de reemplazo de estrógeno para las mujeres posmenopáusicas afectadas o en riesgo de desarrollar la enfermedad.