Hatshepsut tuvo muchos logros, pero la más grande de todas fue la primera mujer faraona de Egipto en tener plenos poderes durante la dinastía 18 cuando hubo una gran oposición contra el liderazgo femenino. Ella fue la hija del rey Thutmose I y asumió el liderazgo después de la muerte de su esposo y hermanastro, Thutmose II.
Hatshepsut tenía fuertes partidarios dentro de sus círculos para garantizar su protección. Mandaba proyectos de construcción ambiciosos, especialmente en el oeste de Tebas, que superaban los de sus predecesores. El edificio más impresionante fue el templo conmemorativo en Deir el-Bahri, considerado uno de los mejores diseños arquitectónicos del antiguo Egipto. Ella alentó el comercio exterior que trajo riqueza a Egipto, incluyendo marfil, oro, pieles de leopardo y ébano.
Hatshepsut realizó intercambios comerciales con un país vecino llamado Punt. Según los arqueólogos, se cree que ningún gobernante egipcio tuvo más éxito en Punt que Hatshepsut. Se esforzó por ganarse la obediencia, la confianza y la lealtad de los funcionarios para mantener a raya a sus enemigos. Después de su muerte, su sucesor Thutmose III intentó eliminar cualquier referencia a Hatshepsut con la intención de obtener el crédito por sus logros. Borró sus imágenes en templos y monumentos, lo que dificultó que los académicos aprendieran sobre su vida.
