Los siete procesos vitales de la vida vegetal incluyen movimiento, sensibilidad, nutrición, excreción, respiración, reproducción y crecimiento. Muchos procesos de la vida de las plantas son similares a los de otros organismos vivos, como los seres humanos y los animales.
Aunque las plantas no se mueven de un lugar a otro como los animales y los humanos, exhiben movimiento de maneras que promueven su crecimiento y supervivencia. Un ejemplo de esto es el fototropismo, que es el movimiento de una planta hacia la luz del sol para capturar nutrientes para el proceso de fotosíntesis. Las plantas pueden sentir cosas en sus entornos, incluido el peligro, y pueden enviar pesticidas naturales a las plantas cercanas que están afectadas por plagas dañinas. Las plantas obtienen nutrición a través del proceso de fotosíntesis. Las partes especializadas de la planta, como sus raíces, le permiten absorber la nutrición del suelo en el que descansa. Mientras que los animales excretan desechos sólidos y líquidos, las plantas secretan gases y líquidos. Se deshacen del oxígeno y el agua a través de una estructura llamada estoma. La respiración para una planta significa descomponer los nutrientes para usarlos como energía. Las plantas se reproducen en varios métodos, dependiendo de la planta. Las plantas más simples se reproducen a través de las esporas, mientras que las plantas más complejas lo hacen con semillas. Finalmente, el proceso de vida de la planta más evidente es el crecimiento, que tiene lugar cuando una planta evoluciona de una semilla o espora a un organismo de tamaño completo.