Los siete signos de la vida son movimiento, respiración, sensibilidad, crecimiento, reproducción, excreción y nutrición. Todas estas actividades están presentes en los organismos vivos. Un objeto no vivo a veces manifiesta una o más de estas actividades, pero no todas.
Todos los seres vivos, incluidas las plantas, se mueven. La respiración va más allá del proceso de respiración. El significado general de la respiración como se aplica a un signo de vida es que la descomposición química de sustancias orgánicas complejas, como los carbohidratos y las grasas, es necesaria para la energía. La sensibilidad implica la capacidad de detectar cambios en el mundo que rodea al organismo. Todos los seres vivos crecen y maduran. La reproducción, o hacer otras cosas vivientes, es necesaria para sostener la vida. Ingerir y utilizar alimentos, así como eliminar productos de desecho, también son signos de vida.