El hierro fundido es frágil, duro y más fusible que el acero. Tampoco es mendible, lo que significa que no puede estirarse, martillarse o doblarse para darle forma. Tiene una estructura cristalina y es débil en tensión.
El cobre es generalmente considerado como un metal inflexible. Se derrite en un líquido, se vierte en moldes y luego se corta, se filtra y se mecaniza. Bajo una carga de tracción excesiva, el hierro fundido se fractura incluso con poca distorsión previa. Sin embargo, es bueno en compresión. Sus propiedades de rigidez y amortiguación lo convierten en un excelente material para piezas de máquinas y marcos de herramientas.
El hierro fundido es uno de los metales ferrosos más antiguos que se utilizan comúnmente en adornos y construcciones de exteriores. Se compone de hierro, carbono y silicio con trazas de azufre, fósforo y manganeso. Contiene 2 por ciento a 5 por ciento de contenido de carbono. La fundición gris es la forma tradicional más común. Se moldea fácilmente, aunque no se puede trabajar o forjar mecánicamente. Por otro lado, el hierro fundido blanco, también conocido como hierro de "grafito esferoidal", tiene una maleabilidad y una resistencia a la tracción superiores.
Después de fabricarse, el hierro fundido produce una película protectora en sus superficies que inicialmente lo hace más resistente a la corrosión que el acero dulce o el hierro forjado. Típicamente, el acabado incluye pinturas, ceras, galvanización, recubrimientos bituminosos y enchapados. También se aplican varios tratamientos para reducir la corrosión y la oxidación.