Los ejemplos de propiedades químicas incluyen toxicidad, inflamabilidad y estabilidad química. Medir estas propiedades implica observar sus efectos en animales de laboratorio, realizar pruebas con una llama o observar cambios a lo largo del tiempo. En cada caso, se produce un cambio químico.
Las propiedades químicas de la materia son aquellas propiedades que son observables o medibles solo cuando ocurre una reacción química o un cambio químico. No son las propiedades físicas, que un observador determina al ver o tocar una muestra. Para que las propiedades químicas sean evidentes, tiene que haber una alteración en la muestra.
Las propiedades químicas son evidentes cuando ocurren cambios. El gas hidrógeno se enciende y explota, lo que es un cambio químico. Muchos metales reaccionan con ácidos, incluido el zinc, que reacciona liberando gas de hidrógeno.
El cianuro de potasio y el azúcar son estructuras cristalinas blancas que tienen una apariencia similar. Sin embargo, sus propiedades físicas no son una implicación de la química que tiene lugar si se ingiere. El azúcar proporciona energía para las células después de la digestión, mientras que el cianuro de potasio es altamente tóxico.
Los científicos usan las propiedades químicas de muchas maneras. Ayudan a predecir las reacciones químicas del material. Estas propiedades ayudan a predecir lo que ocurre en una reacción química. También ayudan a clasificar compuestos y determinar aplicaciones reales para ellos.